La profesión médica llamada a convocar una huelga de cuatro días contra el Estatuto Marco de Sanidad

La profesión médica de todo el país está llamada a sumarse, desde hoy martes, a una huelga de cuatro jornadas consecutivas para mostrar su rechazo al Estatuto Marco planteado por el Ministerio de Sanidad con el objetivo de pedir una normativa propia que tenga en cuenta las particularidades de los médicos en su conjunto. Se trata de la tercera movilización del colectivo en los últimos seis meses.

La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) convoca una huelga de cuatro días consecutivos que cuenta con el respaldo del Colegio de Médicos de Burgos, como miembro del Foro de la Profesión Médica. 

La falta de avances entre el Comité de Huelga y el ministerio ha provocado que las organizaciones del Foro se mantengan en la posición manifestada previamente de considerar insuficientes las propuestas para mejorar las condiciones laborales de los profesionales y garantizar la mejor calidad asistencial posible a la población.

Desde el Foro recuerdan que la mejor manera de captar y retener talento en el Sistema Nacional de Salud para poder prestar una mejor atención a los pacientes es que se elabore una normativa específica que regule de manera adecuada al colectivo, garantizando la calidad asistencial, la excelencia profesional, la eficiencia del SNS y la seguridad de los pacientes.

Por este motivo, ante el nulo avance en las negociaciones y como ya hicieran en el inicio de las movilizaciones y durante las dos primeras jornadas de huelga del 13 de junio y el 3 de octubre, las organizaciones del Foro respaldan las cuatro jornadas consecutivas de paro nacional que se prolongarán hasta el viernes 12 de diciembre; acciones a las que llaman a participar a todos los profesionales del SNS como forma de mostrar la unanimidad del colectivo en el rechazo a un proyecto de norma que siguen considerando insuficiente para las mejoras que reclaman.

RECLAMACIONES

  1. La petición de un Estatuto Propio se fundamenta en la necesidad que tiene el colectivo médico de tener un Ámbito de Negociación diferenciado y de tener interlocutores propios ante la Administración. No nos soluciona nada agrupar en un capítulo específico normas que regulen aspectos laborales exclusivos del médico, ni la oferta de crear mesas técnicas exclusivas para abordar problemática del facultativo mientras la composición de esas mesas siga siendo la misma que la de la sectorial controlada por sindicatos poco o nada representativos entre el colectivo médico e incluso con intereses contrarios al mismo.
  2. Respecto a la clasificación de los grupos profesionales: el ministerio sigue manteniendo su postura de no diferenciar en grupos distintos a titulados MECES III con titulados MECES II, de tal forma que graduados de 240 créditos con formación especializada podrían tener el mismo nivel que un médico con 360 créditos. El nivel de responsabilidad no es tenido en cuenta para la clasificación. No se contempla la modificación del EBEP para la creación de una diferenciación dentro del grupo A para los MECES III con la creación del grupo A1+, con las consecuencias retributivas que ello conlleva.
  3. No se califica la jornada de guardias como actividad extraordinaria ni se garantiza su retribución por encima de la hora ordinaria, y que dichas horas computen como tiempo trabajado para la jubilación, ni un calendario claro y bien definido para establecer la voluntariedad de las mismas, a sabiendas de que dicha voluntariedad depende fundamentalmente de las condiciones retributivas y laborales de las mismas. La Administración pretende que la guardia médica siga siendo el mecanismo para garantizar asistencia completa con plantillas insuficientes. No se nos ofrecen garantías suficientes para que no se siga obligando a compañeros a tener jornadas semanales de más de 45 horas, puesto que el comodín de las ‘necesidades del servicio’ sigue vigente a pesar de todo.
  4. Se mantiene la movilidad forzosa -pese a que en la oferta final se acota- y el letal comodín de ‘necesidades del servicio’ que, insistimos, a pesar de que se es más exigente en su aplicación, sigue siendo la herramienta para someter al colectivo médico a condiciones laborales injustas y discriminatorias con respecto al resto de categorías profesionales.
  5. No podemos permitir un régimen de incompatibilidades discriminatorio, y al mismo tiempo retribuciones diferentes por igual trabajo, del mismo modo que no podemos permitir la exclusividad de los mandos intermedios. Un sistema de salud en el que la fuga de médicos es uno de sus principales problemas no puede poner más trabas para atraer talento.